Hay veces que odio tener presentimientos, no por nada pero cuando los tengo, es porque estoy segura al 90% de que pasará. Normalmente, no eligen el camino bonito y bueno, sino el contrario, el feo y donde la cosa acaba mal... pero, qué remedio. Esa es la cruda realidad.
-la verdad duele, y no sabes cuánto.
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